Arte (Sublimación emocional)

Sublimar emociones significa transformar impulsos o sentimientos intensos, a menudo negativos (como la ira, la angustia o deseos inaceptables), en expresiones socialmente aceptables, constructivas y creativas, como el arte, la música, el deporte o el trabajo

Es un mecanismo de defensa psicológico maduro donde la energía psíquica se redirige hacia fines productivos, elevando la emoción original a un nivel superior y útil en lugar de reprimirla o expresarla de forma destructiva. 

El grito , es la expresión más primaria al sufrimiento humano. Cuando nacemos, nos encontramos en un estado muy poco desarrollado ya que, no tenemos todavía la capacidad de hablar y comunicarnos para advertir a otros lo que estamos sintiendo. Tengo hambre, tengo frío, me siento incómodo, me siento enfermo…. Son mensajes que el niño debe comunicar para que alguien le ayude a resolverlos. En ese caso el niño solo tiene una opción, llorar y gritar.

Es un impulso de supervivencia, es una llamada de socorro. En la obra de Munch «el grito», nos comunica esta necesidad vital de angustia existencial.  Podemos ver una figura andrógina con la cara deformada, tapándose los oídos en un paisaje de cielo rojo sangre y fiordo oscuro, simbolizando la angustia existencial y el pánico ante el «grito infinito de la naturaleza» que el artista sintió, no que la figura gritara, sino que escuchaba un grito terrible, un icono expresionista de la ansiedad humana. Es la percepción de la ansiedad externa e interna.

Para Freud, el arte es una forma de sublimación, canalizando impulsos primarios (sexuales, agresivos) hacia fines estéticos y culturalmente aceptables, una idea explorada en el surrealismo. El arte nos ha servido de método para no dejar que nuestros instintos más básicos, se apoderen de nosotros y acometer atrocidades. Expresar mi furia hacia el cuadro me permite no hacerlo con la persona que tengo al lado. Así pues, gracias al desarrollo artístico hemos equilibrado las fuerzas del mal por así decirlo. El arte, se convierte en Tótem divino para acogerme a él cuando la ira, la tristeza, o la culpa intenten apoderarse de mí, acabando conmigo, como de un exorcismo se tratara.

Si el arte fuera un acto sagrado y cotidiano habría menos violencia, habría otra forma de vivir y ser vivido.

El arte comenzó a ser terapia cuando nos dimos cuenta de que el infierno y el cielo dejaron de ser literatura para convertirse en conceptos de la psique humana. El error de los hombres es intentar comprender los textos sagrados y los clásicos desde la literalidad de la obra. Son metáforas de la vida y de la psique, no son lugares físicos si no, atmósferas espirituales que habitan en nuestra mente. No son guerras contra satanás, si no más bien, guerras con nuestra propia espiritualidad.

Nuestros demonios nos habitan desde el interior, nuestros pecados son nuestras debilidades morales, éticas y espirituales y Dios, es nuestro refugio y una promesa última y superior. Dios es mi pureza de espíritu, es mi ternura y mi dulzura, es mi versión menos terrenal y más trascendental. «Yo me purifico o yo me embrutezco» es una decisión, no una conversión hacia ningún Dios. Nadie espera a mirarte más que tú mismo.

Canto, bailo, pinto o escribo para liberarme de las cadenas que me atan a esta vida sin sentido, me desahogo sin medida en un lienzo para no explotar, lo hago por pura necesidad. El arte es la vía por la que el espíritu se sale del cuerpo por un momento y en ese momento deja de sufrir pues, ya no está en contacto con lo que le atrapa.

La angustia existencial es nuestro espíritu viviendo en la carne, siendo presa de la misma que nos obliga a dejar de soñar, que nos incapacita para volar, que nos atrapa sin piedad, y nos ciega no dejándonos experimentar. El mito del héroe que quisiera conquistar los planetas, los mares y los vientos, pero sumergido en la mundanidad nos aparta de nuestro propio experimento.

Eres inmenso, eres tan ancho como el vasto Universo. Haz de tu vida un lienzo y crea sin miedo al juicio o al sufrimiento. El grito es un llamado, no es herida ni es espejo, es todo mi espíritu contenido en un beso.