Gandhi dijo, «la devoción a la verdad es la única justificación de nuestra existencia» porque «sin la verdad es imposible respetar ningún principio o regla en la vida» y que, «la felicidad consiste en que lo que pienses, lo que digas y lo que hagas, estén en armonía».
Gandhi al igual que Buda primero fue ambicioso, ególatra y vanidoso. Antes de convertirse en un activista en pro de la libertad de los Indios frente al imperio británico, fue un caprichoso estudiante de Derecho que recién llegado a Londres, frecuentaba una sastrería de Bond Street para hacerse los más costosos trajes a medida.
Su biógrafo Louis Fischer recuerda el testimonio de su contemporáneo, el doctor Sinha: «Gandhi llevaba por entonces una alta chistera de seda, con un lustre deslumbrante, cuello duro almidonado, corbata más bien ostentosa desplegando todos los colores del arco iris y debajo, una camisa de seda con sutiles rayas. Vestía con un chaleco cruzado y pantalones oscuros rayados, así como zapatos de charol con botines de paño. También usaba guantes de piel y bastón montado en plata». Cuando le preguntaron qué le había llevado hasta tan lejos de su país, qué le movía en la vida, Gandhi contestó: «En una sola palabra, la ambición».
Pero a pesar de su posición, sufrió discriminación y opresión al llegar a Sudáfrica donde fue testigo del maltrato a los indios, y al regresar a la india, enfrentó la brutalidad del dominio británico. Estas experiencias le llevaron a desarrollar y aplicar su filosofía de «Satyagraha» (resistencia no violenta), para luchar contra la injusticia, la explotación y también por la liberación e independencia de su país frente a los ingleses, buscando justicia social y la igualdad.
«Reconozco que hay en mí la voluntad suficiente para confesar mis errores y volver sobre mis pasos», escribió Gandhi en su obra de 1924 Young India.
«Fue nuestra fascinación por la vestimenta extranjera la que desplazó a la rueca de su posición de dignidad», precisó en su autobiografía. De ahí que en Amritsar -escenario de la masacre de manifestantes sijs en 1919- lanzara su campaña de boicot a las telas inglesas. No más Milano, no más Forever Young, no más trajes a medida.
Otro de sus biógrafos, Stanley Wolpert, explica cuál fue la condición que Gandhi puso para seguir al frente del partido: «Que todos los miembros del Congreso accedieran a llevar prendas de vestir hiladas en casa y a producir como mínimo 1.800 metros de hilo todos los meses».
A partir de ese momento, Gandhi sólo se exhibirá en público con su túnica blanca de algodón -el tradicional doti de los que nada tienen- anudada en un costado. Churchill lo tildará de «cínico faquir semidesnudo» y Hitler le dijo a Lord Halifax, que lo que había que hacer con un pacifista como Gandhi era liquidarlo a tiros. Pero él llegó a tener su mensaje tan claro como se lo explicó a una estadounidense que visitó su humilde ashram o comunidad autosuficiente dedicada a la meditación, el estudio y el diálogo: «Mi mensaje a Norteamérica es sencillamente el zumbido de esta rueca».
Gandhi buscaba justicia social, la abolición de castas, la armonía religiosa y la erradicación de la pobreza, aplicando la no violencia como la fuerza más poderosa. Para Gandhi el acto de hacer su propia ropa de forma manual y con tejidos tradicionales del país elaborados con el telar manual llamado «Charkha», era algo más artesanía, era un acto de rebelión silenciosa contra el sistema opresor y extranjero.
Él, no consiguió convencer a su gente con la fuerza del odio, más bien, les enseñó lo que significa la dignidad personal y de la del pueblo. Les enseñó que el poder reside en la resistencia pacífica, y que la solución está, en la soberanía personal y comunitaria para no ser arrasados por las ideas retorcidas de los estados y las invasiones extranjeras. No era una resistencia desde el victimismo y la inmobilización, era una restistencia de acción hacia la comunidad poniendo en marcha las tradiciones y su artesanía, porque siempre fueron el sustento, y el único propósito del pueblo frente a la fuerza de los estados e imperios esclavistas.


